¿Has tenido la oportunidad de ver dibujos animados dirigidos a los niños? ¿Te has dado cuenta de cómo la música es protagonista en la mayoría de ellos? Los niños se identifican con la música. Y aunque cambian los gustos musicales a medida que crecen, fíjate que sigue siendo parte de sus vidas. Echa un vistazo alrededor y cuenta cuántos de los adolescentes y jóvenes llevan cascos.

En las tiendas tienen puesta música, en la barracas (o ferias se llaman en otros lugares), en los centros comerciales. La música tiene un papel protagonista en nuestra sociedad. Habitualmente, cuando un niño escucha una melodía comienza a mecerse y moverse con ella. Es un gran recurso que ayuda a que los niños conozcan la Palabra de Dios. Utilízalo.

La música llama y refuerza la atención.

La música llama la atención de todos: grandes y pequeños. Luego, puede gustar más o menos el estilo musical, pero hace volver cabezas. Así que es la forma más rápida de anunciar que estás ahí y que algo está teniendo lugar. Es para tener en cuenta cuando comienzas una campaña evangelística. Cuanta más gente nos escuche mucho mejor, ¿verdad?

Asimismo, cuando los niños llegan al lugar de la actividad infantil, en la iglesia o en la calle, el hecho de comenzar con música, les ayuda a enfocarse en lo que está haciendo en ese momento; y a dejar fuera otro tipo de pensamientos. De alguna manera, atrae las mentes dispersas. Además es divertida.

La música respalda la alabanza.

La alanza es más que cantar. Por supuesto que se puede alabar y adorar sin entonar una sola nota. Sin embargo, la música favorece el espíritu de alabanza. Sin caer en la manipulación, la música ayuda al cuerpo a alabar a Dios, facilita la expresión de adoración, a decirle a Dios cómo se siente uno, a declarar quién es Él, a celebrar sus maravillosas obras, a festejar su poder, a agradecerle.

Y los niños no tienen tanta vergüenza como los adultos. Así que usa la música para enseñar a los niños a expresarse con Dios. A gritar, a bailar, a cantar. Todo ello en el marco de un tiempo de alabanza y adoración. La alabanza y adoración es parte del cristiano, y por tanto del niño también. Incluyelo en las actividades que desarrolles.

La música ayuda a recordar versículos o pasajes.

La música es también un buen recurso para memorizar. Recuerdo un compañero de primaria como fue capaz de recitar una poesía super larga cantandola. Lo hizo perfectamente. Prueba a ponerle música a versículos o principios que consideras que los niños deben memorizar. Recordarán mucho mejor y el Espíritu Santo podrá traérselas a la mente cuando lo considere necesario.

Los niños tienen que enfrentarse a situaciones difíciles en su vida diaria. Es nuestra responsabilidad proveerles de instrumentos para poder lidiar con ellos con la ayuda del Señor. Y la música ayuda en esta tarea.

No importa si no entonas como un cantante profesional. No pasa nada si no sabes tocar un instrumento. Hoy en día hay muchos recursos que puedes utilizar: youtube, CDs, mp3, y todavía están los guitarristas de toda la vida. Dile que te ayude. Y un secreto, a los niños les da igual si no eres un músico excepcional. Les importa lo que transmites 🙂

Si has disfrutado de esta entrada, escribe un comentario con tu experiencia con la música en tu ministerio infantil. Otros te lo agradecerán.

.Imagenes cortesía de Brunno Oliveira y Arturo Fonseca  en Flickr.

 

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