Ya hemos visto que las iglesias y entidades deben trabajar con páginas en Facebook y no con perfiles personales, pero una vez creadas hay que dotarlas de contenidos para que cumplan su función de apoyo a la evangelización. Lo ideal sería tener una página dedicada al día a día de las iglesias y otra con un contenido y enfoque más orientado a la evangelización, aunque esto no va a ser siempre posible. Vamos a ver algunas pautas que nos puedan ayudar a aprovechar sus posibilidades al máximo.

Ten claro tu objetivo

Lo primero que tienes que definir es el objetivo de tu página de Facebook. Aunque el concepto de «muro» parecería animar a usarlo como si fuera la puerta de una nevera (o freezer) o un panel de corcho para que los amigos se rían, una fan page enfocada en la evangelización (o de iglesia) tiene un enfoque distinto.

Una página enfocada en la evangelización puede tener contenidos en los que se muestran actividades de la iglesia, sin embargo, no se trata de poner todo lo que se te ocurra, ni todo lo que ocurra en tu iglesia. El objetivo no es proclamar a los cuatro vientos lo buena que es tu congregación (ya habrá tiempo y lugar para eso en tu web), de lo que se trata es de decirle al mundo lo bueno que es Cristo y de qué modo Cristo puede cambiar y transformar sus vidas.

Conoce a tu comunidad

Lo segundo que tienes que hacer es conocer las necesidades de tu comunidad. Jesús siempre daba respuesta a las necesidades de las personas que le rodeaban. Si tenían habre les daba de comer, si era sed les daba agua, y si era salud, los sanaba. ¿Os imagináis a Jesus dando bebida al hambriento o comida al enfermo? Pues si no conoces las necesidades de la gente que se conecta a tu página o a tu web, te puedes encontrar preparando litros y litros de agua para personas que están desfalleciendo de hambre. Trabajo y almas perdidas.

Marca un plan de contenidos

Si ya tienes claro el enfoque de tu página y las necesidades de la gente a la que te diriges, el siguiente paso es definir el tipo de contenidos que vas a publicar. Pueden ser testimonios de creyentes de cómo Dios cambió sus vidas, o pequeños estudios sobre las respuestas que la Biblia nos dá para los problemas del día a día y los más profundos (siempre centrados en los de tu comunidad).

En este punto es interesante que te marques un calendario con los temas que váis a tratar y las fechas de publicación, con ello conseguirás mayor seguridad y tranquilidad y podrás generar contenidos más adecuados al permitirte centrarte en el tema del día o de la semana.

Y recuerda que deben ser contenidos que animen a las personas a buscar más de Dios. Así que procura evitar las postales o frases que suben todos y preocúpate de ayudar. La página no está para hacer reir (aunque también es bueno usar el humor en su justa medida), sino para atraer a otros a Jesús y, por favor, no pretendas responder a todos sus problemas en una sola publicación, salvo que los quieras matar de un empacho de palabras.

Mantén una periodicidad adecuada

Una de las claves esenciales de una buena página de Facebook es establecer una periodicidad adecuada. La gente que entra en Facebook lo hace para ver cosas de sus amigos, y si tu página genera demasiadas publicaciones pueden acabar cansándose de ti, especialmente sin son del tipo «Acabo de subir una foto» o «Pero mira que buenos que somos». Una o dos publicaciones diarias será lo apropiado, especialmente si publicas textos o imágenes que dan respuesta a necesidades concretas y hace pensar a tus visitantes.

Ahora, que si publicar en exceso es malo, publicar demasiado poco también, ya que puede dar la sensación de que la página está abandonada. Por ello, al menos deberás subir una o dos publicaciones semanales.

Establece las normas de publicación

Debido al caracter de la web 2.0, aunque la fan page la has creado tú, en realidad pertenece a tu visitantes o seguidores, ya que sin ellos no tiene sentido. Ahora bien, tú tienes la responsabilidad de gestionarla de forma adecuada. Ello implica, entre otras cosas, establecer cuáles serán las normas para publicar comentarios en el muro.

Con ello estarás indicado a todos cuáles son las reglas a repetar, incluso por ti mismo, el tipo de contenidos que se van a permitir y cuáles serán eliminados o no publicados y cúmplelo. Una cuestión importante en Internet 2.0 es que no debes eliminar los comentarios contrarios o negativos siempre que respeten las normas y a los demás visitantes.

Si alguien dice que «eso del cristianismo es una basura» lo podrías eliminar, pero si alguien dice que «no está de acuerdo con el cristianismo porque…» y da una serie de razones respetables debes dejarlo y darle una respuesta adecuada y respetuosa. De igual modo no debes permitir comentarios despectivos hacia esas personas. De esta manera te ganarás el respeto de todos y evitarás futuras crisis graves de reputación.

Responde a tu comunidad

Facebook es algo así como la plaza del barrio donde las personas acuden a charlar por ello, en Facebook, lo que prima es la relación. Esto supone que debes dar respuesta a los comentarios que se publican en tu muro y también es aconsejable agradecer los «me gusta» en las publicaciones, aunque esto último puede hacerse de forma periódica y global.

No es preciso que la respuesta sea instantánea, pero procura no dejar pasar más de 24 horas, si es posible y agradece todas las aportaciones.

Prepara un plan de gestión de crisis

Otro de los aspectos que debes considerar es desarrollar lo que se conoce como «Plan de gestión de crisis de reputación». Este es un documento que recoge una serie de pautas de actuación que te permita intervenir, de una forma correcta y bien “ensayada”, ante el caso de sufrir un ataque, bien sea debido a calumnias o por haber dicho algo inadecuado en tu muro.

Para ello debes sentarte con tranquilidad y anticipar los distintos tipos de crisis (has dicho algo inadecuado, se ha mal interpretado algo, te has expresado de forma poco clara, error de comunicación, troll, etc.) y establecer protocolos de respuesta que dejen claro, en cada caso, quién debe intervenir, cuándo, cómo, etc. Una correcta gestión puede transformar una crisis en una victoria y te ahorrará muchos dolores de cabeza.

Finalmente recuerda que seguir estas pautas no te va a garantizar tener una página en Facebook con miles de seguidores y con miles de vidas alcanzadas, esto depende de Dios, de su plan para ti y de tu relación con Él, pero si que te ahorrará un buen montón de disgustos y de tiempo y esfuerzos perdidos, permitiéndote ser más eficaz en tu servicio a Dios y a los demás.

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imagen cortesía de Rishibando, en Flickr (CC)
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