Hay veces en que, cuando comentas la importancia de añadir los canales de internet al proceso de evangelización la objeción que me suelo encontrar es: ¿Por qué perder el tiempo en un mundo virtual cuando tanta gente está necesitada en el mundo real?
A primera vista parece una objeción razonable, la cuestión es que parte de un error de base: Internet no es un mundo virtual, si acaso es un mundo electrónico o digital pero, por encima de todo, es un mundo real.
El problema viene con nuestro uso de las palabras. A fuerza de usar Internet para cuestiones tales como jugar o crear entornos ficticios se nos ha quedado la idea de que Internet no es algo real, sino virtual. Así, si tienes un accidente en un juego a ti, en realidad, no te pasa nada. No es más que un simple «game over» y vuelves a empezar.
Si eso fuera todo, entonces Internet sí sería un mundo virtual, sin embargo lo que nos encontramos ahí es mucho más que eso.
Lo que vas a encontrar en Internet son, básicamente, personas reales, cierto que, a veces, bajo personalidades falsas, pero personas al fin y al cabo y con emociones, sentimientos y necesidades reales.
Es a estas personas y a sus necesidades reales a las que tenemos que intentar dar, también aquí, una respuesta bíblica, porque no sabes si podrás acceder a ellas por otra vía.
Porque no importa dónde estén las personas, el mandato bíblico es el de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura, e Internet forma parte de este mundo y en ella también se encuentran personas que necesitan el mensaje de salvación.
Imagen por Elven*Nicky en Flickr