Reevangelizar Europa se está volviendo una auténtica prioridad para Católicos y Protestantes. Y es que Europa ha pasado de ser el continente paladín del cristianismo a una tierra sin fe.
¿Reevangelizar Europa?
Ahora bien, ¿estamos realmente ante un proceso de reevangelización en Europa?
El cristianismo nunca ha sido una cuestión de grupos ni de pueblos. Siempre ha sido una cuestión de decisión personal y así fue durante los primeros 3 siglos.
La fe se compartía de persona a persona y había una clara comprensión de las palabras de Jesús de que «mi reino no es de este mundo«.
Así fue hasta que en el año 325 el emperador Constantino decidió intervenir para «ayudar» a las diferentes corrientes cristianas a llegar a un acuerdo y, sobre todo, cuando en el año 380 el emperador Teodosio decretó que el cristianismo era la religión oficial de su imperio.
Hasta ese momento la decisión de ser cristiano había sido algo totalmente personal y altamente arriesgado, ahora ser cristiano era una cuestión estratégica.
Si querías medrar en la sociedad ser cristiano era una condición «sine qua non».
Es por ello que gran parte del auge del cristianismo en Europa no se debió a un proceso de evangelización, sino de inculturación.
Cumplir con los ritos del cristianismo se convirtió en algo cultural y social, como las matemáticas o las normas de cortesía.
Utilizando un frase del mundo empresarial, la evangelización y el cristianismo en Europa murieron de éxito.
Por ello, en vez de acelerarse, el verdadero proceso de evangelización de Europa se frenó casi en seco.
Sabían de religión, pero no conocían a Dios. Aprendían las maneras, pero no había un cambio real en el corazón.
Si hubiera sido de otro modo, la historia de Europa no hubiera estado tan cuajada de guerras promovidas por cristianos contra cristianos ni se hubiera impuesto el cristianismo con ejércitos.
Por ello, no creo que Europa haya sido, realmente, un continente cristiano ni evangelizado.
Europa, un continente «asimilado al cristianismo»
Cierto que Europa ha sido cuna de grandes pensadores cristianos y que ha habido cristianos y cristianas fieles y sinceros, que han vivido y compartido su fe con integridad, amor y respeto.
Pero ello no supone que la mayoría de la sociedad «cristiana» lo fuera verdaderamente.
Más bien, Europa ha sido un continente «asimilado al cristianismo«, que adoptó pautas del cristianismo del mismo modo que los coach empresariales actuales enseñan pautas de liderazgo con una clara base bíblica, pero sin los beneficios del poder renovador de la Palabra de Dios en las vidas de los «practicantes».
Es triste que Europa haya sido pionera en esparcir el mensaje del Evangelio en todo el mundo y se haya olvidado de ella misma.
Por tanto, en vez de hablar de reevangelización de Europa creo que deberíamos hablar de retomar la labor evangelizadora que se frenó en el año 380.
Pero esto no puede ser dejado solo en manos de agencias y organizaciones. Para ello es esencial que, a nivel personal, asumamos nuestra responsabilidad y utilicemos la estrategia de evangelización que tan a nuestra mano está: compartir el Evangelio desde la cercanía personal, el ejemplo, el amor y el respeto, y vivirla en todos nuestro ámbitos, personales, sociales, laborales, en Internet, etc.
¿Estás dispuesto a poner tu parte en este proyecto de evangelizar Europa?
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Imagen de portada ©European Parliament/Pietro Naj-Oleari