¿Álguna vez te has preguntado cómo enseñar el mensaje de Salvación a los niños? ¿Qué usar? Aunque se va mostrando y hablando cuando se van tratando los distintos temas, he descubierto que, en mi experiencia, el Libro Sin Palabras es el método más efectivo para explicar el Plan de Salvación de una manera que los niños entienden fácilmente.  Puede que no sea un método novedoso, pero sigue siendo muy eficaz.

Además, es económico y fácil de transportar 😉

¿En qué consiste el Libro sin Palabras?

Es un libro con cinco colores: negro, rojo, blanco, amarillo y verde en la portada. Cada color tiene un significado.

  • El negro se refiere al color del corazón cuando está lejos de Dios, en pecado.
  • El rojo se refiere a la sangre de Jesús a través de la cual se obtiene el perdón de los pecados.
  • El blanco es el color de la santidad, de la limpieza tras haber sido perdonado.
  • El amarillo hace alusión a las calles de oro del cielo.
  • Y el verde se relaciona con el crecimiento, con seguir a Dios.

¿Por qué es útil en el evangelismo a los niños?

El mensaje de Salvación se expone de una manera muy sencilla a través de los colores: el estado del corazón en pecado, la necesidad de aceptar el perdón de Jesús, y la entrada libre al cielo con el corazón limpio por la sangre de Jesús. Cualquier niño es capaz de comprender estas explicaciones con toda claridad.

Si se desea, se puede introducir conceptos más complejos y/o incluir versículos en cada color en caso de que los niños sean todos mayores o incluso si se quiere dirigir a adultos. Por tanto, es muy fácil de adaptar al tipo de audiencia. Y se tiene la seguridad de que el mensaje va a llegar.

¿Cómo se usa el Libro Sin Palabras?

Se puede comenzar desde el principio o por el final. Resumido brevemente, por el principio sería: El corazón negro necesita de la sangre de Jesús para ser limpio y poder entrar al cielo. Por el final sería: al cielo se entra con un corazón que ha sido limpiado por la sangre de Jesús y que ya no está lleno de pecado.

El color verde menciona la necesidad de leer la Biblia y orar. Este punto se puede profundizar más o menos o ni siquiera tocar según se quiera hacer énfasis o no, en el paso siguiente al arrepentimiento.

He tenido buenas experiencias con este método. En una ocasión, lo utilicé en mi clase de Escuela Dominical con niños de 3 a 5 años. Como actividad, hicimos un libro sin palabras en miniaturas con hojas de colores que se llevaron a casa. Y uno de los niños, al llegar a casa,  explicó a su abuelo el mensaje de salvación usando este librito. ¡Lo había entendido perfectamente!

Tenemos la responsabilidad de presentar el mensaje del Evangelio de una manera que los niños puedan entender. Luego, el Espíritu Santo lo utilizará como quiera.

Si has tenido alguna experiencia con este método, te animo a que la compartas en los comentarios. Estoy segura que animará a otros. Gracias.

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